El Palo Mayombe es una religión basada en la comunicación e interacción con los muertos.

El olor de botánicas y el humo de su cigarro arropan el cuarto de consultas que utiliza Luis para recibir a sus clientes. Las decenas de figuras, representantes de santos católicos y orishas (dioses) de la religión que practica, decoran el lugar de manifestaciones espirituales. Luis, practicante del Palo Mayombe, posa sobre su pecho un caracol, pendiendo de un collar, y mantiene cerca cuatro trozos de la cáscara interior del coco, elementos fundamentales para la adivinación y comunicación con los muertos.

Sin un difunto no existe la religión del Palo Mayombe, nacida en la República del Congo, y cuyos dos pilares son la creencia en los poderes naturales y la veneración de los espíritus ancestrales. Por ello, resulta imperativo que un palero (“sacerdote” del Palo) tenga un Nganga dedicado al dios que funge como su padre.

Luis, por ejemplo, es hijo de Siete Rayos, equivalente a la Santa Bárbara del catolicismo, y de Madre Agua, ligada a la Virgen de Regla. En el Nganga, habita el muerto que guía las acciones del palero. Por tanto, se encuentran en el caldero los restos del fenecido y otros ingredientes como tierra, sangre animal y yerbas. Todo depende del orisha al que se dedique.

Desde los siete años, Luis puede ver los espíritus de aquellos que murieron a nivel material. Cuando alcanzó los 15, comenzó a regarse la voz de que podía sacar espíritus y describir la vida de cualquiera con solo verlo. “Fue algo tan fuerte que no podía ir a la escuela, porque afuera me estaban esperando como 20 carros. Entonces, era un problema. Se metían a la escuela a buscarme”, contó el hombre de 42 años.

Con el pasar del tiempo, Luis comprendió que atender a tantas personas ponía en riesgo su salud, ya que se requiere de mucha energía para las consultas. Ahora, solo acepta hasta cuatro visitantes todos los jueves, por lo que tiene su agenda llena hasta finales del próximo año.

Todo palero tiene un padrino espiritual, quien se encarga de identificar al muerto con quien se hará el pacto. “Pero eso no es así, que tú lo sacaste (del cementerio) y ya. Tú hablas con el espíritu, llegas a un acuerdo con él. ´Tú me ayudas en esto, yo te doy esto´”, narró.

Aunque no dio detalles de quién fue su guía en vida, explicó que suele escogerse a personas inteligentes, que hayan estado muchos años en el servicio militar, hayan sido ingenieros, biólogos o viajeros frecuentes. “Ese muerto nos dice qué es lo que tú tienes encima, a través del coco, a través del caracol”, explicó. Entonces, procedió a aclarar que no son elegibles quienes hayan muerto a causa de vicios, accidentes o muertes violentas.

El hombre, quien en sus 30 fue catalogado como el mejor palero de Latinoamérica, aseguró que el Palo Mayombe puede lograr lo inimaginable. Si el palero utiliza las fuerzas espirituales para hacer el bien, puede deshacer trabajos de brujería, interceder en casos judiciales para que un inocente no vaya preso, asegurar el pase de exámenes o reválidas, curar a los enfermos y unir a matrimonios con problemas. “Yo creo que no es nada malo, al contrario, yo noto que él (el muerto) se siente feliz”, dijo convencido.

Si, por el otro lado, el palero desea hacer el mal, el Palo Mayombe también provee herramientas. Un palero “puede destruir matrimonios, enfermar a una persona, matar a una persona, romperle las piernas, puede hacer todo, puede destruirte, te puede volver loco”, garantizó Luis, quien aseguró trabajar solo para hacer el bien.

Entre las ventajas del Palo Mayombe, explicó el palero, se encuentra la rapidez de los resultados, mucho mayor que los de la santería. Pero para que el muerto esté dispuesto a trabajar, hay que compensarlo, específicamente en sus cumpleaños. Para ello, se les alimenta con sangre de chivos, gallos rojos o pollos blancos, dependiendo del tipo de caldero. Asimismo, se les ofrece ron blanco y cigarro. “El mío está acostumbra´o con la Heineken”, dijo, entre risas, quien tiene 381 ahijados en la religión.

Para convertirse en palero, es necesario pasar por el proceso del rayamiento, que consiste en varios cortes en el cuerpo con las marcas que representan al padre o madre orisha. Es imprescindible que el ahijado pase por un proceso educativo, de limpieza espiritual y que cuente con la aprobación del muerto. Asimismo, durante la iniciación, se hacen 12 visitas rituales para que las fuerzas de cada lugar confirmen quién será el orisha que dirigirá al futuro palero. Por ejemplo, se va al río, al mar, al monte y a una ceiba.

Luis tiene claro que los muertos no autorizan el rayamiento de homosexuales, y eso provoca que muchos se inicien como santeros. “Yo se lo respeto, pero si hay una esencia que el muerto dice que no, respeta la esencia, no te busques fuete”, recomendó el hombre, quien aseguró no tener algo en contra de los gais.

Aunque para muchos, incluso entre los paleros, parezca incongruente, Luis es un creyente católico. “Primero, para mí, es Dios. Yo estoy en la Iglesia Católica, y yo creo que con Papa Dios todo, y sin Papa Dios nada”, expresó quien funge como empresario, arrendador de propiedades, corredor de motoras y pescador deportivo. “Si tú me hablas de religión, yo te hablo. Si tú no me hablas, yo no te hablo. Tengo muchas amistades que no saben que soy palero”, afirmó quien perdió amistades cuando descubrieron su religión.

Luis, quien estimó que en Puerto Rico se inician 500 personas semanalmente en el Palo, manifestó que ya está acostumbrado a ver espíritus donde quiera que va. Muchos pueden pensar que trabajar con fuerzas espirituales diferentes al dios cristiano garantiza el camino hacia el infierno. Él, por su parte, se centra en la ayuda que asegura ofrecer a través de la religión. “Esto es don que Dios me dio”, concluyó quien, de seguro, habitará en el Nganga de otro palero una vez se convierta en espíritu.

Presione aquí para leer sobre el Espiritismo en Puerto Rico, otra práctica espiritual efectuada en la isla.